Comunicarse con Joan Vidal es un poco difícil. No porque “tenga aceite” como se dice en República Dominicana cuando alguien se pone comparón por algún logro obtenido. Lo de él es por la diferencia de horario. Desde el 18 de marzo de 2021, vive en Dubái, Emiratos Árabes Unidos. Gracias a Patricia fue posible que LISTÍN DIARIO conociera su historia y la contara para que otros jóvenes se aventuren a ir tras sus sueños, no importa cuán lejano esté su despertar.
Él es amable y se mostró dispuesto a contar la experiencia que está viviendo en un país tan exótico. Lo hace porque entiende que los dominicanos son mucho más que buenos peloteros, y no importa dónde y cuándo, siempre pueden triunfar en cualquier área que desempeñen. En la tecnología no es diferente. Joan sabe que hay buenos profesionales y, que en cualquier país del mundo pueden dejar sus huellas. Es asunto de determinación.
“Te puedo decir que en los tres años que llevo por acá, he podido lograr varias cosas. Por ejemplo, fui el único dominicano contratado para laborar en la ‘Expo 2020 Dubái’, a nivel de las oficinas corporativas, en el Departamento de Tecnología”. La actividad se realizó en el año 2021.
Con orgullo, pero con mucha humildad, cuenta: “Allí apliqué mi experiencia en ciberseguridad para proteger las operaciones de la feria junto a personas de más de 10 nacionalidades. Considero que fue un logro para mí ser el único dominicano en ese grupo. Además, he obtenido acreditaciones internacionales en mi área de ciberseguridad, lo cual me ha provisto de mucha satisfacción. Otra cosa que puedo mencionar es que también desde aquí he podido desarrollar mi carrera como locutor, realizando campañas publicitarias siendo narrador de audiolibros”. Es un joven inquiero y de mucha energía.
Así, siempre con las pilas puestas, es que se hace famoso con su podcast ‘De la Isla al Desierto’ a través del cual comparte diversas experiencias. “Es un proyecto con muy buena acogida y que me permite llegar a varias personas, porque aunque aquí trabajo en ciberseguridad, la comunicación me gusta y la ejerzo”. Es una forma de acercarse a su gente, sobre todo a su familia compuesta por sus padres Juan Vidal y Dulce Encarnación, así como por sus hermanos Frank, Juan Ángel y Andreína.
Hablar de su familia se le da bien. “Somos unidos y la conexión que tenemos es grandiosa, gracias a los canales de comunicación con los que cuenta el mundo. Te puedo decir que hacemos videollamada con mi hermano mayor desayunando en Los Ángeles, mis padres y los otros dos hermanos almorzando en República Dominicana y yo cenando en Dubái”. Decir esto lo emociona y no oculta lo mucho que disfruta de esos encuentros virtuales.
¿Cómo ha sido tu vida en un país tan lejano?
“He logrado adaptarme a los cambios de mentalidad y cultura gracias a la diversidad presente aquí. Es importante ser capaz de entender de dónde provienen ciertos comportamientos o situaciones en otras culturas, así como comprender su origen y conocer un poco de su historia para poder entender y apreciarlas”. Joan es culto y lo deja notar en cada expresión. Aunque trabaja en ciberseguridad trata de poder abordar cualquier tema que se le toque.
Ha tenido el privilegio de conocer personas de diferentes partes del mundo y eso lo ha ayudado. “Durante los tres años que tengo aquí en Dubái, conozco gente de India, Serbia, Brasil, Francia, Italia, Holanda, Chipre, Australia, Mozambique, Egipto, Azerbaiyán, Marruecos, Rusia, Filipinas, Tailandia y muchos otros países. Lo bueno de este lugar es que, al ser el inglés la lengua común entre todas las nacionalidades, no hay barreras ni límites en la comunicación”. Se fue de República Dominicana manejando muy bien el idioma inglés. Eso lo ayudó a que hoy día haga su vida allí como si estuviera en su natal Los Tres Brazos o Villa Mella.
“Encontré una oportunidad, vine a probar suerte y me ha ido muy bien”
El niño que el dos de diciembre de 1993 nació en Los Tres Brazos, y que luego se mudó a Villa Mella, nunca ha postergado un sueño. El pertenecer a una familia unida y vivir en comunidades rodeado de gente querida y buena le regaló a Joan una infancia bonita y que guarda en sus más atesorados recuerdos. Esa zapata cimentada en la formación de hogar ha sido más que suficiente para que a la menor oportunidad de irse fuera del país a lograr sus sueños, no lo pensara dos veces.
“Salí de Villa Mella, donde crecí en una comunidad de gente muy unida, familiar, y querida a vivir en los Emiratos Árabes. Mis padres, por su formación, se aseguraron de enseñarnos valores que aún son parte de nuestra vida, como la responsabilidad, el amor al trabajo, la honestidad, y el deseo de superación, además de empatía y apoyo a los demás”. Con todos los principios preparó su maleta y, con el apoyo de su familia, tomó la decisión de, en plena pandemia, aceptar una oferta de trabajo que hoy le ha abierto nuevas puertas.
Pero lo de él no ha sido un golpe de suerte. Detrás de la gran oportunidad, hay muchas páginas para la izquierda. “Yo soy una combinación de dos pasiones: la tecnología y la comunicación. Por la primera parte, soy egresado del Instituto Tecnológico de las Américas (ITLA), donde realicé la carrera de Tecnólogo en Redes. Después me gradué en la Universidad Iberoamericana (Unibe), de Ingeniero en Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC)”. Su preparación no se detiene ahí.
“Luego me motivo a realizar una maestría en Administración de Empresas (MBA) en una escuela de negocios española, Cerem International Business School, y en la Universidad de Bari Aldo Moro, de Italia, hice un máster en Alta Dirección (EMBA)”. Sabe que los conocimientos son la base del éxito y aprender es parte de su día a día.
Ha dicho que le gusta la comunicación, pero no se ha dejado seducir sólo por la pasión que siente por esta área. Se ha formado en locutor profesional. “Primero estudié en la escuela Otto Rivera, y luego he hecho cursos especializados en distintas ramas de la comunicación como es maestrías de ceremonias, locución comercial, locución para largos formatos y podcast con distintos y renombrados profesionales nacionales e internacionales”. La acogida que tiene con su podcast ‘De la Isla al Desierto’ habla bien de su empeño en ser competente.
¿Soñaba con salir de su país o se dio así sin más?
“Yo creo que todo estudiante, alguna vez se imagina viviendo fuera, sin embargo, en mi caso, siempre tuve una curiosidad especial por vivir en un país donde se hablara un idioma desconocido para mí y con costumbres totalmente diferentes. Exploré la posibilidad de estudiar fuera, pero la oportunidad llegó cuando necesitaban a alguien con mi perfil para una posición en este país y decidí intentarlo”. No se arrepiente.
Al llegar, hay muchas cosas que fueron completamente distintas a las que Joan imaginaba, pero nada lo atemorizó. Estaba decidido a lograr su cometido. Lo impulsó a seguir el hecho de poner a prueba su confianza en sí mismo. “Me estaba lanzando a una aventura sin saber cuál sería el resultado, es una demostración de autoconfianza y valentía. Además, implica tener una mente abierta a la exploración y entender que, aunque estamos aquí hoy, no podemos prever qué nos deparará el mañana”. Está convencido de ello.
Sobre su trabajo
Joan es profesional del área de la ciberseguridad, una rama relacionada a las tecnologías computacionales que se encarga de cuidar, proteger, prevenir e investigar posibles intrusiones y ataques a nivel de sistemas tecnológicos, entre otras cosas. “Desde que comencé esta disciplina en mi país, he mantenido mi carrera en este campo. Al llegar aquí, he tenido la oportunidad de adquirir más experiencia en el área y de conocer empresas de diversos sectores, telecomunicaciones, financieros y proveedores de servicios de ciberseguridad. Esto me ha proporcionado una buena perspectiva de lo interconectado que está el mundo”.
Por esta experiencia es que no pierde tiempo en sugerirles a los jóvenes que no se detengan en su lucha por lograr sus sueños.
“Me llena de orgullo ser parte de esa generación que puede demostrar fuera del país, que somos más de lo que creemos, que podemos llegar a dejar nuestra huella a nivel tecnológico o cualquier otra carrera que nos propongamos”. Es cuestión de tomar la decisión aún haya que llorar en ocasiones por la distancia que “nos separa de nuestra familia”.