“Anoche (la del pasado sábado) yo no dormí pensando en esa gente; las veo boyando, que se hundían, que se ahogaban; fue algo que no pude sacar de mi mente; lo que más me conmovió y lamenté es que había una niña de 11 años”.
“Esa niñita era igualita a una hija que yo tengo, así de gordita, el color, pero cuando llegamos del primer viaje, ya estaba muerta”.
Estas fueron las conmovedoras declaraciones del pescador David Espinal, de 46 años, sobre el naufragio de una embarcación acontecido cerca de las costas de Guayacanes, en San Pedro de Macorís.
Para Espinal, y como él otros cinco pescadores, una jornada laboral normal del sábado en la mañana se convirtió en un angustiante rescate de los sobrevivientes de un grupo de más de 90 que se viajaba, clandestino, en una frágil embarcación hacia Puerto Rico.
Todo comenzó poco después de las 5:00 de la mañana.
El pescador Kenny Méndez Frías, de 32 años, fue el primero en zarpar mar adentro junto a Espinal. A poco más de 5 millas náuticas, después de 30 minutos “observamos a lo lejos ese bulto extraño que subía y bajaba, y a medida que nos fuimos acercando, vimos que era una yola volteada y supimos que se trataba de un viaje que había fracasado por todas las personas alrededor”.
Kenny cuenta que, rápidamente, se desprendieron de su utilería de pesca para salvarlos, indicando que el escenario “evocaba el Titanic”.
“Tuvimos que botar las pesas, las boyas, las redes y todo para rescatarlos a ellos, porque ellos estaban gritando agarrados de la yola que estaba volteada. Monté los primeros seis y le caí atrás con ellos a dos botes para poder seguir rescatándolos”, declaró Kenny.
Cuando regresamos del primer viaje ya la yola se había hundido y encontramos una decena ahogados. Imagínate el Titanic; eran muchos muertos, eso parecía, y así se veía”, narró.
Espinal, por su parte, indicó que el mar estaba agitado y aquellos que sabían nadar estaban desorientados, tanto así que “cuando los encontramos estaban nadando para el lado contrario y tuvimos que vocearles”.
Según Kenny, el grupo, supuestamente, solo era de dominicanos, salió de Boca Chica en la madrugada y la mayoría provenía de pueblos del sur del país, como Barahona, Azua y San Cristóbal.
LS DESESPERACIÓN
El grupo de personas se aferraba desesperadamente a la vida, sosteniendo la embarcación y unos 12 tanques plásticos de gasolina que, incluso, ya habían provocado quemaduras en algunos.
David contó a LISTÍN DIARIO que los gritos de auxilio resonaban fuerte cada vez que llegaban de dejar a un grupo e indicó que salvaron tantas vidas como les fue posible.
“No hubo distinción con ninguna persona, era sacar de las aguas y subir. Había muchas personas mayores que queríamos subirlos, también había muchas mujeres, entre ellas, una mujer embarazada que hasta murió, pero al estar reunidos como en grupos era difícil, porque se desesperaban y tiraban los brazos y nos podían voltear a nosotros, pero los fuimos sacando poco a poco”, dijo.
“Nos decían que los ayudara, que se estaban ahogando. Estaban pelados por la gasolina, ya que se aferraron a los tanques para flotar,” continuó Kenny y agregó: “Me dolió cuando la niña falleció. Estaba viva en principio, pero no podíamos pegarnos al grupo donde ella estaba porque nos iban a hundir el bote, porque estaban desesperados y era por partes que había que sacarlos. Yo les decía, ‘tense quietos, que ya yo los encontré. Tengo que salvarlos, porque ya los encontré y no los voy a dejar”.
PRIMEROS AUXILIOS
El pescador Claudio Miguel Frías, de 34 años, se encargaba de los primeros auxilios en la playa Los Pescadores.
“Mientras ellos llegaban, yo era que daba los primeros auxilios”, comentó Claudio.
Claudio narró que cuando los rescatados de las aguas llegaban a la costa, expresaban su preocupación por los familiares que aún permanecían en el mar y que no los rescataban. “Faltan personas por ser rescatadas”, decían, según Claudio, quien también indicó que los que viajaban iban con varios familiares juntos.
“Esto fue una sorpresa porque nunca íbamos a imaginar encontrarnos con algo así. Eso no pasaba desde hace mucho tiempo”, dijo.
UN GRAN ESFUERZO
“Perdí un día de labor, pero gané muchas vidas”, dijo David.
David indicó que las labores de rescate iniciaron con seis y que a medida que pasaron las otras totalizaban 15 los pescadores involucrados. Además, que duraron en el rescate un poco más del mediodía.
Precisó que realizaron unos 12 viajes de ida y vuelta y también describió que “eso era una yolita de madera, no tenía fibra y con todas esas personas arriba”.
Fueron cinco las víctimas fatales reportadas por las autoridades, tres hombres y dos mujeres, mientras los rescatados totalizaron 43, de acuerdo con la Armada Dominicana.
La mayoría de los sobrevivientes fueron rescatados por los pescadores, y trasladados, en su mayoría, al hospital Antonio Musa, de San Pedro de Macorís.
El último paciente que quedaba en el hospital fue dado de alta médica la mañana de ayer domingo.